En el capítulo 4 de mi libro, Marco Ojos Azules, hablo de la relevancia que tiene la infancia en tu vida. Lograr entender y comprender qué circunstancias se dieron a raíz de tu nacimiento, y cuál fue la conexión que tuviste con tus padres o tutores durante tus primeros años de vida. Esto define el apego, el que va a marcar tu interacción en todos los ámbitos que se te presenten (pareja, familiar, profesional, amistad, …) en tu etapa adulta.
Cada uno tenemos nuestras creencias propias, y a diario, actuamos en base a las experiencias vividas, y sobre todo, a cómo nos hemos adaptado a las distintas situaciones que han sucedido a lo largo del tiempo.
Si deseas quedarte embarazada y no lo consigues, o si tienes problemas de entendimiento con tu pareja, podría ser de gran ayuda plantearte algunas de las siguientes cuestiones: ¿Cómo te marcaron de pequeño los conflictos?, ¿cómo era la relación entre tus padres?, ¿qué tipo de afecto tuviste?, ¿te sentías valorado?… entre otras.
Nuestra personalidad y cómo se ha ido fraguando, es clave para poder asimilar y entender las dificultades con las que nos topamos. Este es un indicador del estado de la gestión de nuestro mundo emocional, gracias a ella tomamos conciencia de aquello que nos paraliza, bloquea, asusta o nos hace sentir mal. Es decir, cómo está el equilibrio interior de la mente, uno de los pilares imprescindibles que sostienen nuestra vida.
Realizar esta reflexión y trabajo emocional con nosotros mismos, es conocer el funcionamiento interno del pensamiento, el cual es elemento esencial para avanzar hacia ese ansiado embarazo.
Si te interesa este tema y quieres saber más acerca de él, te invito a leer también mi post sobre las heridas emocionales de la infancia.
Siempre que lo desees, descríbeme tu situación en comentarios e intentaré darte respuesta.
Comentarios recientes