Las claves para comprender la intervención psicológica enfocada a la materindad
En el mes de mayo se celebra el día mundial de la salud mental materna. Un día para aumentar la conciencia acerca de los problemas de salud mental de las madres, con la finalidad de que más mujeres busquen ayuda, reciban tratamiento adecuado y sufran menos.
La celebración de este día es bastante desconocida, pero me parece muy interesante no tanto por la idea de reivindicar asistencia, como por poner de manifiesto que el proceso que va desde desear un hijo hasta que un hijo llega al mundo y una pareja se convierte en padres, no es idílico. Es una experiencia que además de expectación e ilusión, puede llevar apareada incertidumbre, imprevistos, acontecimientos traumáticos, angustia, sentimientos ambivalentes…
La dimensión psicológica de la maternidad
Desde los deseos previos de concebir un hijo hasta los primeros momentos de crianza, hay una gran variedad de situaciones que comprenden ese periodo:
- Una mujer que no sabe si quiere ser madre.
- Una mujer que quiere ser madre pero tiene miedo.
- Una mujer que quiere ser madre soltera.
- Una mujer que quiere ser madre y no puede.
- Dos mujeres que quieren ser madres.
- Dos hombres que quieren ser padres.
- Un embarazo imprevisto.
- Un embarazo interrumpido.
- Un embarazo complicado.
- Una recién madre que no sabe qué hacer con su bebe.
- Una madre o unos padres con sentimientos contradictorios.
- Una pareja que se desestabiliza ante la llegada de un hijo, sea el primero, el segundo, o el número que sea.
Es evidente que me he dejado atrás muchas situaciones, y hay alguien que no se identifica con ninguna de las que he enumerado. Sería imposible enumerarlas todas, porque se pueden dar tantos motivos de consulta como personas. Pero… ¿por qué alguien que busca quedarse embarazada, o está embarazada, o es recién madre, tendría que consultar a un profesional?
El bienestar psicológico en el proceso de ser madre
Todo puede transcurrir con normalidad, o mejor dicho sin sobresaltos, pero la persona puede encontrarse enrarecida, o puede que sus dificultades vitales se vean en ese momento acentuadas, o que le embarguen dudas y miedos, al punto de producirle un sufrimiento que le hace consultar.
También puede ocurrir que los acontecimientos se desarrollen con incidencias y eso le desborde, y sea esa la causa que le lleva a consultar. Lo único común en todas las situaciones es el malestar, el sufrimiento, y eso ya es motivo de consulta.
La búsqueda de un embarazo, tratamientos de reproducción asistida, la concepción, el embarazo, el parto, el posparto, el puerperio, los duelo gestacional o perinatal, hablamos de un momento de transformación, cambia la mujer, cambia la pareja, cambia la familia.
Esto implica un reacomodamiento que a veces se torna complicado. Y no sólo es qué haya que buscar una nueva comodidad –una reconfiguración de la propia vida-, sino que es un momento muy fecundo para que aparezcan temores, ideales, identificaciones, que hagan vivir estos momentos con más sombras que luces.
Hay que poder alojar el deseo de ser padres. Hay que transitar la incertidumbre de la concepción. La experiencia del embarazo. Y hay que poder encontrarse con el hijo, porque a veces es un puro desencuentro. Y es complicada la prevención, porque a priori no sabemos qué aspectos subjetivos se van a activar en el viaje de la maternidad. Además, hay que tomar por separado lo que le pasa a la madre, y lo que le pasa al padre.
Fuente: psicologiaymente.com
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