Hoy en este post quiero hablaros de la importancia de reconocer nuestra Sombra, para así poder autoconocernos un poco más, y es que cada uno de nosotros en nuestro interior estamos llenos de luces y de sombras, integrar a ambas nos hace ser personas más coherentes y plenas.

A lo largo de nuestra vida y a medida que vamos creciendo, creamos un “yo” adaptado a las exigencias de nuestro mundo.
Es así como vamos formando nuestra Sombra, que no es más que “la cara que no queremos ver”, miedos, preocupaciones, culpabilidades, vergüenzas …

Todo ello lo almacenamos y lo vamos reprimiendo en nuestro inconsciente y vivimos sometidos a ella.

En mis sesiones de coaching, ayudo a las personas a descubrir esa parte inconsciente para que así puedan tomar conciencia de ella, explicándoles cómo funciona nuestra mente. Y es que actuamos como el pico de un iceberg, lo que se muestra en la superficie es nuestra parte consciente, es decir cómo actuamos cuando nos pasa algo, normalmente mostramos al exterior solo una pequeña parte de nosotros, suele ser la parte que nos mantiene aceptados, queridos, reconocidos o amados, ocultando parte de nuestra verdadera esencia que seria la parte no visible del iceberg que está anclada en las profundidades y eso nos provoca un saboteo interno, ya que no nos estamos permitiendo vivir basándonos en nuestra verdadera
esencia.

En este post quiero explicarte por qué no dejamos que esa parte oculta de nuestra personalidad (nuestra Sombra) salga al exterior, para ello me gustaría que te preguntaras: ¿Quién eres cuando nadie te ve?

La respuesta es que lo hacemos por puro instinto de supervivencia, si cada vez que en tu infancia has expresado ira, enfado, dolor, miedo y esa emoción ha sido tachada de inaceptable y has tenido severas consecuencias por parte de tus cuidadores, te vas a proteger y vas a reprimir ese aspecto de ti mismo porque necesitamos el afecto y el amor de esas personas que
para nosotros son importantes, por pura supervivencia necesitamos sentirnos aceptados por nuestro clan.

Cuando llegamos a la edad adulta queremos huir de ese dolor, nos sentimos incapaces de poner límites, y nos paramos a pensar porque nos cuesta tanto expresar tanto lo que quiero como lo que no quiero. Sanar significa convertir esa ira, ese enfado y esa rabia en tus dones, empezando a utilizar esas emociones para poner límites, empezar a decir no, pedir lo que queremos de forma asertiva, no permitir ningún tipo de abuso y canalizarlo de forma positiva.

Hay que encontrar el equilibrio integrando nuestras sombras, haciéndolas conscientes.

No puedes manifestar la vida que desea si hay aspectos reprimidos, los cuales son también un imán para manifestaciones, cada vez que se te repite un patrón o algo que se reproduce constantemente en tu vida, es para que indagues en tu interior, reconozcas tu sombra y la hagas consciente.

Si te ha resonado mi artículo y quieres saber o profundizar en cómo puedes conocer tu sombra para dejar de sabotearte, déjame tu comentario.

Escanea el código